miércoles, 27 de abril de 2016

Un corazón late por sí mismo sobre la mesa

Un equipo de la Universidad de California en Berkeley ha utilizado una combinación de métodos bioquímicos (genes y moléculas) y biofísicos (formas y tensiones mecánicas) para convertir las células madre derivadas de un paciente en un minicorazón que, esencialmente, se autoensambla, forma sus cámaras y empieza a latir espontánea y coordinadamente.
El corazón es muy similar al que se forma en el feto. Como las células madre de partida están derivadas de la piel de pacientes, el corazón es genéticamente idéntico al del paciente en cuestión.
Uno de los principales objetivos de estos miniórganos es probar el efecto de los fármacos sobre el desarrollo cardíaco como, por ejemplo, la talidomida (causa un desarrollo anormal de las microcámaras, una contracción muscular deficiente y un ritmo de latido más lento).



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